La música está siendo introducida en la educación de
los niños en edades preescolares debido a la importancia que representa en
su desarrollo intelectual, auditivo sensorial, del habla y motriz. Podemos
decir que es un elemento fundamental en esta primera etapa escolar ya que el
niño comienza a expresarse de diferentes formas y es capaz de integrarse en la
sociedad, porque la música ayuda a que los niños logren autonomía, asuman el
cuidado de sí mismo y de su entorno y amplíen el mundo de sus relaciones, ya
que la música tiene el don de acercar a las personas, por lo tanto el niño que
tiene contacto con la música aprende a convivir mejor con otros niños.
Además de lo que hemos comentado la música aporta estos
beneficios cuando la trabajamos desde muy pequeños:
1. Seguridad: Les da seguridad emocional, confianza, porque se sienten comprendidos al
compartir canciones, e inmersos en un clima de ayuda, colaboración y respeto
mutuo.
2. Aprendizaje: La etapa de la alfabetización del niño se ve más estimulada
con la música. A través de las canciones infantiles, en las que las sílabas son
rimadas y repetitivas, y acompañadas de gestos que se hacen al cantar, el niño mejora
su forma de hablar y de entender el significado de cada palabra. Y así, se
alfabetizará de una forma más rápida.
3. Concentración: La música también es
beneficiosa para el niño cuanto al poder desconcentración,
además de mejorar su capacidad de aprendizaje en matemáticas. La
música es pura matemática. Además, facilita a los niños el aprendizaje de otros
idiomas, potenciando su memoria.
4. Expresión corporal: Con la música, la expresión
corporal del niño se ve más estimulada. Utilizan nuevos recursos al adaptar su
movimiento corporal a los ritmos de diferentes obras, contribuyendo de esta
forma a la potenciación del control rítmico de su cuerpo. A través de la
música, el niño puede mejorar su coordinación y combinar una serie de
conductas. Túmbale boca arriba y muéveselos para que pueda bailar mientras que
tú le cantas. Le puedes cargar y abrazar en tu regazo entonando otros ritmos
infantiles.
Según Gaston Thayler (1968), el alumno de Educación Infantil
debe desarrollar capacidades relacionadas con las primeras manifestaciones de
la comunicación y el lenguaje y con el descubrimiento sonoro del entorno
cercano en que vive, formarse una imagen positiva y ajustada de sí mismo y
adquirir un cierto grado de autonomía personal. Como podemos ver la educación musical
es un aspecto muy importante en el desarrollo de los niños por lo tanto debemos
integrarla como parte de la formación global del niño y les proporcionara motivación
y confianza para que puedan desarrollar cualquier objetivo que se le ponga por
delante.
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