martes, 19 de abril de 2016

La música, la invitada estrella de la fiesta.

Sí, todo lo que nos rodea es música.


De hecho, cuando disfrutamos de algún evento la música es la que prima, la que da vida a la situación, el corazón y el alma de la fiesta.
Uno de los fines más primordiales en Educación Infantil es hacer feliz al alumnado, pues gracias a este estado anímico se garantiza un ambiente ideal para que se den todas las activaciones posibles de sus conocimientos. Pues bien, la música y la felicidad están conectas.
Cómo ya he comentado, la música está presente siempre en todos los momentos festivos, por tanto, es muy importante enseñar al alumnado a escuchar. Aprender música y saber crearla les permitirá disfrutar mejor de las ocasiones a celebrar.
Y es tan importante enseñar música como introducirla en la etapa de infantil, ya que en este periodo de pleno desarrollo absorben y retienen mejor los aprendizajes.
Enseñar música además abre muchas puertas. La música invita a bailar, hace sentir y permite expresarse, compartes con ella momentos, favorece la empatía, ejercita la memoria, ayuda a reflexionar, conocer culturas, etc. Con lo cual, estimula muchas de las capacidades y destrezas que dicho alumnado necesita desarrollar, siendo una herramienta idónea para fomentar el desarrollo cognitivo, físico y social.

He aquí un par de muestras que reflejan que la música está en todas partes, en este caso, en la Romería de Rota, donde me planteé esta reflexión y quise compartirla con ustedes. Espero que os guste:


Con la colaboración de Adrián Caballero Arana y Borja Caballero Galafate

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